No es que quiera adentrarme en jardines demasiado profundos o melancólicos, pero considerando nuestro frenético ritmo de vida, conviene recordar factores humanos que forman parte de nosotros y sin embargo, lenta y progresivamente vamos olvidando.
Olvidamos, casi por obligación, más que por devoción, al final dejamos de lado esas pequeñas cosas que damos por sentadas simplemente porque tenemos que ir a fichar, o tal vez porque llegamos a casa tan cansados que si de algo podemos prescindir es precisamente de lo que no podemos ver, y por lo tanto tampoco mostrar, entonces ¿de qué sirve perder el tiempo con pensamientos filosóficos que al final no sirven para pagar la hipoteca de la casa?
Pero conviene recordar, no olvidar, pues el aire es algo que tenemos todo el día a mano, y sin embargo apenas somos conscientes de su existencia, como nuestros sentimientos, como la espiritualidad, esa palabra que apenas nombramos si no vamos a alguna boda o funeral.
Y hablando de recordar... recuerdo de niña, en las clases de religión, después llamada ética y moral, cuando había que contestar a preguntas de esas que nos hacían en los colegios, sobre quien era Moises, o David, o cualquier personaje biblico, y yo siempre dudaba, terminaba mirando de reojo las respuesta de mi hermana mayor, que siempre se le dieron mejor que a mí los estudios, incluso los de ésta materia.
Y ahora mirando en el tiempo, cuando lenta y progresivamente después de tantos intentos por atraernos hacia creencias más apoyadas en el miedo y deseo que control que siempre el ser humano ha deseado, cuando ya casi nadie da un duro ni medio por todos esos datos que no eran sino cuentos dentro de la historia, entonces me relajo, y pienso que todos SomoS UNO, como diría el Dios de la biblia, cuando se adoraban a tantos Dioses paganos, nuestro Dios se revelaba y decía ser UNO.
Y después de tanto tiempo, creo que al final, ya sé la respuesta a su significado:
Todos SomoS UNO, todos SomoS Dioses, formamos un sólo cuerpo, y cada uno es una célula.
Lo malo es que también existe la enfermedad, y el cáncer es la que está de moda.
Tal vez por eso, haya en el mundo tantas y tantas guerras, porque nuestro cuerpo está enfermo y yo sueño cada día, con el día en que nos despertemos de ésta pesadilla en que estamos sumergidos.
Txaro Pérez
